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Ocupados, pero no realizados

Seguro que este año, como todos, empezaste con tus resoluciones o propósitos y te llenaste de objetivos por cumplir, y con ellos las mil actividades y cosas que tenías que hacer para lograrlo; o tal vez no tenías tantos planes ni actividades por hacer, pero en el trascurso del año terminaste atareado de miles de cosas como nos pasó a nosotras.  Así que, aprovechando que noviembre es un mes más calmado que el último, decidimos que es el mejor momento para evaluar qué tan ocupados estuvimos y qué tan realizados nos sentimos.

Obsesión por estar ocupados

No sé si te has dado cuenta, pero el estar ocupados es una norma de la vida actual. Al parecer, es muy importante estar ocupados todo el tiempo, nuestro grado de ocupación es equivalente al valor que se nos da; así que hacemos todo lo posible por estar y parecer muy ocupados. Incluso desde niños, entre más actividades y clases tomen en apariencia los hace mejor, tanto a ellos como a sus padres; y de adultos si nos piden un favor o invitan a algo con solo decir “que no podemos porque estamos ocupados” es suficiente, no hay disculpa más valiosa; incluso nos esforzamos por mostrarnos ocupados todo el tiempo hasta en los momentos de descanso o vacaciones, en los cuales también nos llenamos de actividades que nos entretienen.  Realmente nunca tenemos un momento en el que estemos totalmente desocupados.

Pero te has puesto a pensar, ¿Qué está detrás de esa obsesión que tenemos por estar ocupados?  Tal vez, estamos tratando de llenar nuestro tiempo haciendo, porque creemos que esto nos hace ser alguien relevante, o que así podemos escapar de nuestros dolores y tristezas profundas; o quizás nos da miedo quedarnos quietos y descubrir que sin esas cosas estamos vacíos.

Cuidado con la esterilidad de una vida ocupada.

Sócrates

¿Para qué desocuparnos?

Ahora te preguntaras, ¿Qué fin tiene que no esté lleno de actividades? Pues la verdad nuestra intención no es que estés ocioso, ya que bien es cierto que “el que no trabaja que no coma”, sino que te detengas para evaluarte, como lo hemos hecho nosotras con respecto a este año, para saber cuál es tu razón para ocuparte todo el tiempo, incluso con actividades buenas y productivas física, mental, espiritual y emocionalmente, y te permitas considerar si realmente esas cosas que ocupan tu tiempo y mente te están ocupando, pero aún no te sientes realizado, es decir, no le hayas significado a lo que haces; o te hacen estar en todo, pero sigues sintiéndote fragmentado en tu interior, enojado con todos y contigo mismo por todo. 

Si al hacerlo, descubres que esta es tu realidad, te invitamos a que decidas vaciarte de las ocupaciones y preocupaciones por las cosas y logros terrenales para recuperar la confianza en Dios y conectarte a la vida que a través de su Hijo Jesucristo te ofrece. Una vez lo hagas algunas de tus actividades seguro permanecerán y muchas otras te darás cuenta de que no las necesitas y las dejaras definitivamente, pero las que queden o adoptes de aquí en adelante no serán el centro de tu corazón y por tanto de tus esfuerzos y dedicación total. Estén o no estén no afectaran quién eres ni que tan realizado te sientes porque tu valor no estará en ellas ni te definirán.

…en la quietud y la confianza está vuestra fortaleza.

Isaías 30:15

Esperamos que puedas revisar este año o tu vida a la luz de estas palabras y que hagas de este un ejercicio diario en el que para evitar que sientas que lo que haces te ocupa, preocupa y defina, pauses las actividades así sea unos minutos, mientras te tomas alguna de nuestras bebidas del combo stress relief ;), para conectarte con Dios y volver a enfocarte en Él y en la vida plena que solo Él te ofrece.

Nos encantaría saber si te animas a hacer esta evaluación y lo que descubriste al hacerla.

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