La inflamación es un proceso natural de defensa del cuerpo ante una enfermedad, lesión o incluso ante agentes patógenos (bacterias, virus y hongos) que tiene por objeto que las células inmunes realicen su trabajo para que el cuerpo se recupere, así que sin el proceso de inflamación no habría curación. Sin embargo, es un lio cuando la inflamación pasa de ser algo esporádico a algo habitual o permanente, porque la constante activación del sistema inmune termina dañándote.
Así como lo lees, cuando a causa de nuestro estilo de vida (consumo frecuente de alcohol, alimentos procesados y envasados, grasas trans, así como una dieta cargada de carbohidratos y azucares, un estilo de vida sedentario, el estrés, hasta el paso de los años) y el medio ambiente (contaminación ambiental, gases, basura, tóxicos, ruido, iluminación artificial excesiva, etc.) se empiezan a producir en nuestro organismo una suma de reacciones inflamatorias que perduran en el tiempo y terminan generando enfermedades cada vez más complicadas.
Ahora, es probable que los primeros síntomas de la inflamación crónica sean tan sutiles o comunes que nos pasen desapercibidos o no los consideremos tan importantes. Por ejemplo, es posible que nos sintamos simplemente un poco fatigados sin razón alguna, o quizás un poco deprimidos, algunos días a la semana tenemos leves dolores de cabeza, noches de mal dormir o pesadez estomacal. Todas son cosas que nos parecen tan “normales” hoy en día, que terminamos aceptándolas y conformándonos a vivir con ellas.
“La conformidad es el carcelero de la libertad y el enemigo del crecimiento”.
John F. Kennedy
Sin embargo, estas pequeñas muestras de inflamación no se quedan así, sino que a medida que la inflamación avanza, comienza a dañar arterias, órganos y articulaciones, y si no se controla puede contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas (enfermedad cardiovascular, cáncer, diabetes, trastorno autoinmune, depresión y enfermedades neurodegenerativas). Así que no las pases por alto, o las veas como lo normal en la vida; el acostumbrarte a esos síntomas hace que no busques ni la raíz del problema ni la forma de mitigar sus efectos en tu salud y bienestar.
¿Qué hacer?
Te estarás haciendo esta pregunta, y la respuesta simple sería que evites todos aquellos desencadenantes de inflamación, tanto en tu estilo de vida como del ambiente. Pero la verdad es que ni aunque hayas decidido irte a vivir a una isla en la mitad del océano sin comunicación y en la que te auto proveas de todo lo que necesitas de forma natural, vas a lograr controlar todo este entorno proinflamatorio. Por lo tanto, haz tu mejor esfuerzo en lo que si puedes controlar, tu estilo de vida.
De todo esfuerzo se saca provecho.
Proverbios 14:23 a (DHH)
Haz ejercicio de forma regular, lleva una alimentación esencial (básicamente antiinflamatoria), descansa y duerme lo suficiente, estimula y mantén activo tu cerebro estudiando o practicando un nuevo pasatiempo, cultiva amistades sanas, pero sobre todo cultiva una relación con Dios para que puedas hacer el resto de las cosas de la forma correcta y obtengas la recompensa de tu esfuerzo de acuerdo con Su voluntad para ti.
Ahora, y como parte de nuestro esfuerzo por ayudar al cuerpo a combatir la inflamación, elegimos tres de nuestros productos y armamos el Combo Anti-Inflammatory; así que te invitamos a leer Qué hace este combo por ti para que descubras como el Maqui, el Butterfly Pea y la Tierra de Diatomeas son tus aliados contra la inflamación.
Si esta información te ha sido útil, háznoslo saber en comentarios, o si tienes alguna pregunta sobre la inflamación no dudes en dejárnosla saber.
Maravilloso 👏 mejor explicado todo con amor super
Kelly, gracias por tus palabras. Nos alegra que recibas la información con el mismo amor que la entregamos 😉