Si leíste el articulo para empezar el año, recordaras que una de las cosas que resaltamos es que no debes darte por vencido en mejorar aquello que sientes que no está bien; en el de febrero te dimos algunas recomendaciones para que logres tus metas de cambio que te propusiste para este año. En este mes queremos que tengas en consideración que también es importante saber cuándo es momento de hacer cambios totales para lograr mejorar lo que sientes que no está bien o lograr la meta que te propusiste.
La razón de escribir sobre esto es que muchas veces, aun creyéndonos de mente abierta, somos reticentes al cambio y preferimos tratar de ajustar o hacer leves modificaciones ya sea porque no queremos incomodarnos o porque nos da miedo salir de lo conocido, cuando es probable que lo que se requiera es un cambio total. Por ejemplo, nosotras en el pasado creímos que una alimentación basada en plantas iba a ser la solución definitiva a muchos problemas que traíamos y siendo personas que habíamos sido educadas en comer vegetales y nos gustaban pues ajustamos nuestra alimentación para lograrlo. Lamentablemente para nosotras, aunque al principio se sintió bien con el tiempo algunos problemas se agravaron y otros nuevos aparecieron.
Fue en ese punto en el que, aunque con dudas, decidimos probar algo nuevo y contrario a nuestro modo de pensar en ese momento. Requirió sacrificio en muchos aspectos no solo en el tipo de comida sino en los restaurantes o personas que frecuentábamos y en nuestras creencias. Pero realmente después de 5 años podemos decir que valió la pena en cuanto a nuestro bienestar, salud y en cuanto a nuestra capacidad de pensar por nosotras mismas, para no dejarnos llevar por lo que nos dicen sino por lo que realmente funciona para nosotras, y a ir haciendo ajustes según nuestro cuerpo nos lo vaya mostrando necesario.
¿Qué cambiar y qué no?
«Ninguna reorganización de malos huevos hará una buena tortilla.«
C.S. Lewis
Así que, teniendo en cuenta la frase de Lewis, queremos que tengas claro qué cambiar y qué no. Primero, no cambies de receta solo porque no te ha salido como esperabas la tortilla. Es decir, no abandones tu salud, el deseo de sentirte bien, tu matrimonio, tu trabajo, como una solución, porque si vas a usar los mismos malos huevos para preparar otro plato, igual te va a salir mal. El problema no está en el resultado sino en los ingredientes.
Y segundo, si decidiste mejorar tu salud o cualquier otro aspecto de tu vida y ya has hecho algunas cosas por un largo tiempo y aun no vez resultados o te decidiste por un estilo de vida que muchos dicen que es saludable pero no te sientes del todo bien, te invitamos a que seas valiente y pienses en hacer un cambio total de huevos. Para esto analiza y logra identificar cuál es el problema, y no solo enfrentes los síntomas porque podrías como dice Lewis estar tratando de reorganizar los elementos de tu estilo de vida para que no sean tan irritantes, pero el problema sigue estando ahí y no se va a solucionar, aunque metas uno o dos huevos buenos o saques uno u otro malo, sino hasta que cambies todos los huevos.
Recuerda entonces que así como la calidad de los ingredientes utilizados en un plato siempre determinará su resultado; lo que estas haciendo también determinara el resultado en tus propósitos o metas de este año. Así que esperamos que este articulo te ayude a reflexionar y te lleve a revisar si algo no está funcionando para que tomes las medidas necesarias y radicales cuando así se requiera.
Déjanos saber si alguna vez has tenido que cambiar todo para obtener tu meta o si estarías dispuesto a hacerlo.