Es fácil quedar atrapado en las valoraciones sobre el éxito que por siglos se nos han establecido; en las que se considera que quien proyecta una mayor fuerza, capacidad y perfección en todos los aspectos es un ser humano exitoso y por lo tanto quien proyecta lo opuesto, es decir, algún grado de debilidad, incapacidad o escasez es alguien que fracasó.
Esta forma de pensamiento es la que nos ha llevado a vivir para exhibir el éxito e intentar evitar u ocultar el fracaso a toda costa, y a que sintamos que fracasamos cuando las cosas no logran esos estándares que exhiben los demás, ya sea en el trabajo, los negocios, las relaciones, el matrimonio, la salud o incluso en los hábitos y estilo de vida.
Así que queremos que dejes de torturarte para alcanzar el éxito según esa definición y más bien abras tu perspectiva y veas una forma diferente de vivir y definir todo lo que haces o te sucede en la vida para que puedas valorar tanto lo que sale bien como lo que no sale como esperabas y consideras fracaso.
Complácete en tus debilidades
Porque un hombre es esclavo de lo que sea que lo controle.
2 Pedro 2:19
Todos sabemos que lo que se muestra en redes sociales es solo el lado perfecto de nuestras vidas y por eso creemos que así debe ser el 100% de la realidad, pero la verdad es que ninguno esta exento de pasar por sufrimientos o situaciones llamadas fracaso, porque simplemente somos seres humanos que no siempre logran lo que desean, ni de la forma en que lo imaginan. Por tanto, lo que debemos es reaprender que estas situaciones no son un fracaso que debemos superar y conquistar para convertirlas en casos de éxito, sino que estas ya son en sí un éxito porque nos demuestran que estamos capacitados para experimentarlas, soportarlas y llegar a conocer más de Dios en medio de esa situación.
Así que, si bien debemos esforzarnos y con disciplina trabajar por superar algunos obstáculos en la vida, también es cierto que si lograste esas tres cosas en cualquier situación que evidencia tus debilidades porque no mejora, has logrado el éxito.
Lo intangible también es éxito
Como dijimos al principio, proyectar una mayor cantidad, capacidad y perfección de riqueza, poder, belleza, salud, fama y hasta de buenas relaciones es lo que parece que el mundo entero ha definido como lograr el éxito. Pero si lo piensas bien, todas estas cosas son muy efímeras e ineficaces. Puede que las tengas y disfrutes por mucho tiempo, como puede que un día de esta vida las pierdas todas o algunas de ellas, o puede que teniéndolas todas no te den la tranquilidad y paz que anhelas, o peor aún que realmente no tengan valor eterno a los ojos de Dios quien es quien realmente va a evaluar todo lo que hagamos y logremos.
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos, tesoros en el cielo...
Mateo 6:19-20
Por lo tanto, considera que hay cosas más allá de lo evidente y palpable que son el verdadero éxito, sobre todo a los ojos de Dios, como puede ser una vida de conocerlo íntimamente, de amarlo obedeciéndolo y glorificándolo a Él más que a ti mismo, una vida de sacrificio y servicio a otros. Sí, puede que una vida así no nos permita recibir gran reconocimiento o pago a cambio, pero a la larga serán cosas que trascenderán no solo en las personas, sino que Dios recompensara con una vida alegre en la eternidad.
Así que para empezar este camino de verdadero éxito primero cree en Dios, obedécelo y amalo, arrepintiéndote de la vida de “éxito” que has llevado a tu manera, y acepta la obra verdaderamente exitosa de Jesús en la cruz para darte vida eterna. Renueva tu manera de pensar sobre el éxito y por último, recuerda que si necesitas un poco de energía extra para enfrentar la situación en que te encuentras o para vivir la vida de esta nueva manera, puedes contar con el combo ENERGY, y con nosotras, por supuesto, si tienes alguna duda sobre el tema.