Una vez sabes qué te motiva al comer (nutrición o placer), puedes empezar a implementar algunos hábitos o practicas alimenticias saludables que te pueden ayudar a que este sea un pilar fuerte para mantener o recuperar tu salud y bienestar. Así que te compartimos dos pautas para que ese pilar de la alimentación sea sólido y puedas enfocar tus hábitos alimenticios pensando en lo que es mejor para ti.
Come alimentos, no productos
Distinguir un alimento de un producto alimentario no es tan difícil, los alimentos son de origen natural, contienen un único ingrediente (el mismo), sólo han sufrido algunas transformaciones mecánicas o fermentativas, han existido desde siempre y su función principal es nutrirte. Por el contrario, un producto alimentario es altamente procesado, es decir, que es elaborado por la industria alimentaria, viene empacado, tiene muchos ingredientes, unos naturales y otros aditivos como conservantes, colorantes y saborizantes artificiales, puede que se les agregue algunos nutrientes, pero no de origen natural, y por lo tanto no te nutrirán realmente.
Así que, sin importar qué régimen de alimentación lleves, escoge siempre dando prioridad a los alimentos (los que te nutren) y deja de consumir productos alimenticios procesados como gaseosas y jugos, cereales de caja, salsas preparadas, comida de microondas o pre fritas, embutidos procesados, lácteos comerciales. Estos, aunque sean aptos para consumo y tengan certificaciones no significa que sean nutritivos o beneficiosos para ti, así que no comas cuento. Elige lo que tu tatarabuela conocía y comía ;).
Come conscientemente
Ahora que vas a ser consciente de lo que comes debes también serlo de la forma en que lo haces. Ya sea porque creciste haciéndolo o porque las ocupaciones del día a día te llevaron a adoptar formas de comer poco saludables, es momento de que revises si comes de pie, mientras ves televisión, el celular o trabajas, si lo haces en cualquier habitación, si comes muy rápido o lo haces, aunque no tengas hambre.
Presta atención a la forma en que estas comiendo de manera que transformes el momento de comer en una experiencia sana y satisfactoria. Para hacerlo, elige comer en el comedor o si estas afuera en un lugar agradable en el que puedas comer sentado, agradece a Dios por tus alimentos, esto te ayudará a tomar una pausa y calmarte para comerlos, no realices otras tareas mientras estás comiendo, observa tu plato, lleva poca cantidad de comida a la boca, mastícala bien, saboréala y pásala antes de llevarte otro bocado o bajarlo con un líquido. Entre comidas, hidrátate, antes de comer un snack, para ver si es realmente hambre. Comer de manera consciente te ayudará a disfrutar del momento y a tener una mejor digestión.
Recuerda que cuando hablamos de hábitos de alimentación el tema se simplifica si sabes escoger comer las cosas adecuadas y lo haces de forma correcta en las porciones adecuadas y en el momento adecuado.
Cuentanos, ¿que te parecen estas pautas?